viernes, 23 de octubre de 2009

Hoy, una de relato corto...

¿En el siglo XXI, dices?

Érase una vez un país llamado Cerdilandia. Esta región estaba habitada por pequeños cerditos que vivían juntos y en paz.
Todos ellos eran amigos, la armonía se respiraba en el ambiente: familias de cerditos paseaban por las calles, todos participaban en ciudades democráticas, papá cerdito trabajaba y mamá cerdito cuidaba de los pequeños lechoncillos, educándolos en valores acenstrales e inamovibles.

Este país era muy singular, ya que todos sus porcinos habitantes eran albinos. Se ve que un gen albino se instaló en alguno de sus antepasados y así generación tras generación, todos los cerditos fueron de color blanco.

La vida de los habitantes de Cerdilandia transcurría con la normalidad que se caracterizaba cuando se percataron de una extraña presencia. Un cerdito extranjero llegó a la ciudad.Este cerdito no correspondía 100% al prototipo de cerdo que habitaba en dicha ciudad. Él era blanco, sí, pero tenía lunares de color oscuro repartidos por su redondo cuerpo. Esto causó una gran impresión entre los ciudadanos de Cerdilandia, que no estaban acostumbrados a ver tales diferencias entre ellos.

Miradas, cuchicheos, y comentarios varios soportaba este cerdito a lunares cuando paseaba felizmente por las calles de la que iba a ser su nueva ciudad.Este cerdito venía de un sitio en el que la diversidad era constante. No sólo no vivía en un país exclusivo de cerdos de lunares, sino que convivían con él otros animales como vacas, ciervos, burros, y un largo etcétera.
De ahí el desconcierto del cerdito ante tales miradas y cuchicheos.

Semanas más tarde, en las que el cerdito alunarado se fue instalando, apareció el que creían era hermano o familiar suyo, pues vivían juntos y paseaban por las calles de la ciudad normalmente. Se trataba de su novio, un cerdito como él. El caos y la desesperación se apoderaron de Cerdilandia.

-¿Qué va a ser de nuestros hijos ante semejante ejemplo?- comentaban algunas madres entre ellas.
-¿Dónde vamos a llegar?- decían otras.

Lo cierto es que, ante la vida de la singular pareja, los ciudadanos de Cerdilandia fueron reuniéndose para parar tal deshonra a los valores ancestrales e inamovibles que caracterizaban aquel honorable país.

-Tenemos que expulsarlos de aquí- sentenció el alcalde ante la masiva protesta de los porcinos ciudadanos.

Y así lo hicieron, al poco tiempo nuestro querido cerdito a lunares y su compañero debieron abandonar la ciudad y el país.

Durante su forzada marcha, y creyendo que era un sueño lo que estaba pasando, nuestro protagonista se preguntaba:
-¿Cómo puede ser verdad en los tiempos que corren?-
-Parece mentira que estemos en el siglo XXI- contestó su compañero.
-¿En el siglo XXI, dices?

Manuel Torralbo Moreno

miércoles, 21 de octubre de 2009

QUÉ SUERTE QUE HAY CONEJÍLOPES AQUÍ.

“Subes y bajas, la vida es así,
qué suerte que hay conejílopes aquí”.


Y así es como termina el corto del que os hablaré hoy, Saltando, proyectado en los cines antes de la película Los Increíbles, ambas producciones de Pixar, en 2004.
Fue visto en clase el día 6 de Octubre, aunque un pequeño incidente óptico no me permitió verlo como hubiese querido. Se me olvidaron las gafas. Pero gracias a Youtube, he podido verlo con más tranquilidad y poder sacar, si cabe, muchos más aspectos que me llamaron la atención de dicho corto.

En primer lugar, decir que en líneas generales el corto trata sobre un cordero, que vive felizmente. Está integrado perfectamente en su medio social y es aceptado por todos los componentes de su entorno: dos peces, una serpiente, seis topos y un búho. Está adaptado socialmente, es más, lo siguen y es algo así como un punto de referencia para todos ellos.
La vida del cordero da un giro radical cuando un día una persona aparece dentro de su entorno y lo esquila. Este hecho cambia su estado anímico así como su relación con los demás. Todos se burlan de él por ser diferente ahora, peor, a su juicio.
Vemos entonces como el cordero pasa por una situación de marginación en el entorno que le rodea, además de no aceptarse a sí mismo en este momento. Esto provoca malestar y tristeza en nuestro protagonista.

Es ahora cuando hace aparición el llamado conejílope. Este extraño personaje llega al hogar del cordero y se percata de su malestar. Nuestro protagonista le cuenta entonces todo lo que le había pasado, cómo había influido el hecho de estar esquilado en que se burlasen de él, y su sentimiento de inferioridad que ese hecho había creado. El conejílope le hace ver que no es malo ser diferente y que no pasa nada porque ya no tenga pelo, él sigue siendo el mismo.
Es entonces cuando el conejílope insta al cordero a saltar, para canalizar su malestar y como vía para la superación de los problemas y poder, a su vez, divertirse superándolos. Esto servirá para volver a integrar al cordero en su entorno próximo, que al ver su entusiasmo, se termina uniendo a él. Ahora el cordero se encuentra de nuevo adaptado socialmente, tras pasar por un tiempo de desadaptación.

Por un lado, me llama la atención, cómo se establece en el corto un símil entre la acción de saltar con la superación de los problemas, el subir hacia arriba y el optimismo: “vas a saltar y el cielo tocar, con sólo intentarlo lo puedes lograr…” son algunas de las palabras con las que el conejílope anima a nuestro protagonista, de ahí el símil del salto con la superación.

Por otro lado, además, me ha llamado mucho la atención el hecho de que el entorno físico de nuestro protagonista, el cordero, cambie según su estado anímico. Así, cuando él esta contento, el cielo es azul y brilla el sol, pero cuando él está triste, el cielo se nubla y llueve. Podemos apreciar también que el hilo musical cambia para dar énfasis a los diferentes estados del cordero. Vemos que a su vez, cuando el conejílope aparece por primera vez en escena, viene rodeado de una luz que alumbrará el entorno en el que el cordero se encuentra tras ser esquilado, luz de esperanza.

Es por ello por lo que creemos que el conejílope puede actuar aquí como símbolo del profesional de la educación social, o como un simple amigo que da un consejo para que el cordero se sienta mejor. La cuestión, sea lo que fuere, es que el cordero vuelve a estar integrado en su entorno y adaptado socialmente y, sobre todo, que vuelve a ser feliz y a estar contento consigo mismo.

Manuel Torralbo Moreno.

lunes, 19 de octubre de 2009

TOMA DE CONTACTO

Saludos a todos los bloggers, soy Manuel Torralbo Moreno, dueño y señor de este INTER – BLOG. Para comenzar, hablaré un poco de mí.

Tengo 19 años (casi 20 ya), y estudio 3º de la Diplomatura Conjunta de Trabajo Social y Educación Social, en la Universidad Pablo de Olavide. Lo que me llevó a terminar aquí, y por consiguiente a estar ahora escribiendo este Blog, fue mi interés hacia el mundo de lo social.

Trabajo, además, como monitor de Patinaje Artístico sobre ruedas en la Escuela Municipal Vélez de Guevara, en Torreblanca, y como co-entrenador del Club Patín Giralda (Polideportivo El Paraguas, Triana).

Mi afición por excelencia es el Patinaje Artístico sobre ruedas, deporte que llevo practicando desde los 5 años. Actualmente soy patinador a nivel nacional en activo, ya que estoy entrenándome para el próximo campeonato de España, de la modalidad Grupos Show, que tendrá lugar en la ciudad de Pamplona.
También me gusta la música, viajar, la danza, el cine, pasear, detenerme a observar, analizar, preguntarme el porqué de las cosas, conocer, indagar…

Espero que mi participación en este Blog me sirva para aprender y que las personas que lo sigan aprendan además conmigo.



Manuel Torralbo Moreno.